Desde hace ya más de una década, África como destino de inversiones y negocios, ha pasado a formar parte de un lugar cada vez más destacado en la lista de los “must do” de la mayoría de las grandes –y no tan grandes- empresas de todo el mundo. Es un continente que reúne todas las condiciones para ser la zona del planeta con mayores oportunidades de negocio dado que cuenta con el mayor número de economías en crecimiento económico sostenido, y con mayores oportunidades de inversión. La inmensidad de su territorio, poblado con más de mil millones de habitantes, obliga a dividirla en diversas zonas atendiendo tanto a razones culturales, económicas, políticas e incluso logísticas a la hora de plantearnos abordarla.
Entre los polos económicos más destacados dentro de este vasto continente, Marruecos emerge como gran faro que ilumina una de las regiones con más personalidad, fuerza y potencia económica: la llamada África Francófona, atrayendo y canalizando gran cantidad de recursos e inversiones para toda la zona. Compuesta tanto por países de una profunda influencia árabe (el Maghreb) como por otros más próximos al África Negra (Subsaharianos), el África Francófona se ubica en la zona noroccidental y –como su nombre indica- el idioma francés es el nexo que une tal variedad de países tan diferentes.
Marruecos es un país de tamaño medio (445.000 m2), está bañado por un mar (el Mediterráneo) y un océano (el Atlántico), y tiene una población de aproximadamente 33 millones de habitantes. Políticamente estable, se rige por una monarquía parlamentaria, encabezada por el Rey Mohammed VI, de corte aperturista y reformador, famoso por haber introducido una gran cantidad de cambios en el país que en su día le legó su padre, el controvertido Hassan II, hace ya 15 años. Su cultura es de influencia árabe, y el islam (moderado) la religión oficial del país. El colonialismo francés (mucho más influyente que el español) que duró hasta 1956, dejó en el país influjos y costumbres tras cincuenta años de protectorado, los cuales han marcado el devenir futuro del país.
Su capital administrativa es Rabat, pero Casablanca es sin duda el mayor polo de atracción económico, pues aglutina la mayor parte de la actividad económica y es dónde se instalan la mayoría de las empresas importantes que operan en el país.
Su renta per cápita es de 3.160 dólares, con un crecimiento del PIB medio en los últimos años sobre el 4% y con un nivel de desempleo entorno al 10%. En la última lista del Doing Business (2014) se sitúa en el puesto número 87 de 189 países (España nº 52), siendo el segundo país norteafricano con mejor puntuación de la lista después de Túnez.
Marruecos en su conjunto es la sexta economía de África, a pesar de que no dispone de apenas recursos naturales (a excepción de los fosfatos, de la que es segunda exportadora mundial) y hace de los servicios su máximo aportador al PIB del país (representa alrededor del 50% del total), seguido de la industria (35%) y de la agricultura (15%).
Entre los trazos más importantes que han puesto al país desde ya hace años en el punto de mira de las empresas destacan:
1) Enorme dinamismo en muchos sectores económicos del país, con grandes inversiones que movilizan gran cantidad de recursos. Hay enormes proyectos en el área de las energías renovables, en la construcción (residencial, industrial, oficinas, infraestructuras) hostelería y turismo, industria de vanguardia (automóvil, química, textil, etc.), banca y finanzas, gran consumo, etc.
2) Desarrollo de Zonas Francas por todo el país, con el Tanger Med como obra emblemática. Estas son un potente foco de atracción para empresas de multitud de países que vienen atraídas por su bajísima fiscalidad.
3) Puerta de entrada África francófona. Marruecos está estableciendo unos lazos muy fuertes con la mayoría de los países subsaharianos, mediante grandes acuerdos políticos que propician numerosas inversiones de empresas marroquíes en estos países.
En particular, para la empresa española, Marruecos representa una enorme oportunidad de negocio por diversos motivos:
1) España es el país no africano geográficamente más próximo a Marruecos. Ello le concede una posición privilegiada a la hora de hacer negocios. Los bajos costes logísticos son una oportunidad frente a otros países que no gozan de esta ventaja competitiva.
2) En general, España y los productos españoles mantienen una buena imagen en el país. Dicha reputación se apoya en parte por la gran cantidad de ciudadanos marroquíes que emigraron a España en los años de bonanza económica y que ahora hacen de embajadores de nuestros productos en su país de origen.
3) A pesar de ser un país no comunitario, Marruecos ofrece muchas facilidades a todos los niveles para hacer negocios, empezando por la no necesidad de visado para entrar en el país.
4) Marruecos ha establecido en los últimos años una intensa agenda de acuerdos comerciales con la UE y los EEUU a fin de facilitar el comercio entre ambas zonas, posicionándose como ya se ha apuntado como una puerta de entrada de estos países en el África noroccidental.
En Active Development ayudamos y contribuimos al crecimiento de las empresas, y la internacionalización es un aspecto muy importante para aquellas que ya han pasado una primera etapa de consolidación en el mercado nacional y que necesitan seguir creciendo.
Con el objetivo de facilitar dicho crecimiento internacional, le ofrecemos la posibilidad de entrar en un mercado muy próximo y con enormes posibilidades de negocio. A través de nuestra oficina en Casablanca dirigida por un consultor español y en estrecha colaboración con la oficina de Barcelona, dirigimos proyectos a medida de nuestros clientes para introducirse en el mercado marroquí, además de todo el asesoramiento necesario para operar en el país.
Nuestra fórmula combina un mercado repleto de oportunidades con un estilo de trabajo dinámico, al lado del cliente y orientado a resultados. Nos esperes más, contacta ahora sin compromiso