¿Alguien aún duda de que la innovación sea esencial en cualquier compañía de futuro? A pesar de ello, la innovación aún es considerada por muchos directivos como una “caja negra” en la que muchas de las herramientas de gestión tradicionales no se pueden aplicar.
LA INNOVACIÓN REPRESENTA LA ÚNICA FUENTE DE OBTENER UNA VENTAJA COMPETITIVA SOSTENIBLE EN ENTORNOS GLOBALES CAMBIANTES Y TURBULENTOS. Como cualquier otro proceso en la organización, requiere ser medido y gestionado. Debe alinearse con la estrategia corporativa y generar valor para la organización.
Por tanto, en el ámbito de la innovación también necesitamos un cuadro de mando, es decir, un sistema coherente de indicadores que ofrezca una visión comprensible del área para realizar un seguimiento del proceso. Es un soporte clave en la toma de decisiones por parte del equipo gestor de la innovación, y en muchos casos la única manera de hacer visible la contribución de esta área en los ámbitos de la alta dirección.
La utilidad y el valor de un Cuadro de Mando en este ámbito es clara:
- • Evaluar el valor que crean los proyectos de innovación.
- • Alinear los proyectos con los objetivos estratégicos de la compañía.
- • Comunicar la contribución de la innovación a todos los miembros de la organización.
- • Detectar relaciones causa-efecto para identificar fuentes de beneficio.
- • Proveer un marco de gestión de proyectos innovadores.
- • Identificar los departamentos y las personas más innovadoras en la empresa.
- • Incentivar al equipo a que cada uno sea más innovador en su día a día, haciendo consciente del impacto de cada contribución individual.
El Cuadro de Mando Integral de la Innovación debe tener un máximo de 16 indicadores, 4 en cada perspectiva (financieros, clientes, proceso y aprendizaje). Un número excesivo haría confuso el despliegue de la estrategia y muy costosa su actualización y control.
En relación al proceso corporativo, pueden ser de EFICIENCIA (Ideas Generadas / Número de participantes), ECONOMÍA (Inversión disponible según presupuesto asignado), EFICACIA (Número de acciones en proyectos de innovación que involucren al cliente), CALIDAD (Índice de novedad en evaluación de los proyectos) O IMPACTO (ingresos generados o ahorro de costes).
Los indicadores también pueden ser evaluados según los criterios del responsable de innovación, generando una tabla con puntuación ponderada. Algunas variables de evaluación podrían ser la IMPORTANCIA en sí del indicador, la facilidad de MEDICIÓN que variará en cada caso, la COMPRENSIÓN o la vinculación con la ESTRATEGIA corporativa. En cualquier caso siempre hemos de tener presente como realizaremos la obtención de los datos, como los procesaremos y como los interpretaremos.
Una vez definidos los indicadores que componen el Cuadro de Mando Integral, debemos definir para cada uno de ellos el método de medida, el responsable de la medición y la periodicidad y los plazos en que han de ser cumplimentados. Posteriormente asignamos recursos si procede, y los vinculamos al sistema de compensación y los incentivos personales de las personas involucradas.
El Cuadro de Mando Integral de la Innovación debe contribuir a transformar las DECLARACIONES en ACCIONES aplicables. Independientemente de si nos disponemos a crearlo y alimentarlo internamente o lo vamos a externalizar en manos de especialistas, esta herramienta es fundamental en la evaluación del rendimiento corporativo. En algunas compañías su importancia ya se equipara a la gestión de la tesorería, siendo inconcebible la ausencia de esta información para cualquier responsable directo y por supuesto para la alta dirección en su gobierno corporativo.